Hay que buscar el punto de partida de la grabación de Me mata si me necesitas en «Clase media», canción que Quique González decide grabar en los estudios Blind Records de Barcelona en 2014 bajo la producción de Ricky Falkner. El madrileño queda tan contento del resultado que se emplaza a repetir equipo en su próximo trabajo. Prepara el álbum en unas sesiones en su casa de Villacarriedo (Cantabria) y con el grupo que le lleva acompañando desde la gira de Delantera Mítica, Quique se encierra en La Casamurada de Tarragona para grabar las diez canciones que forman su nuevo trabajo. Eduardo Ortega (guitarras, violín, mandolina, coros), Eduardo Olmedo (batería), José María “Pepo” López (guitarras) y Alejandro Climent “Boli” (piano, Hammond), a los que se unen las colaboraciones puntuales de Santos Berrocal (percusión), Joan López (Congas) César Pop (piano, acordeón), Caroline Morgan (voz) y el propio Falkner (piano, Hammond, bajo, coros) dan forma a algunos de los mejores temas que nunca ha escrito González, la mitad de ellos en colaboración con su habitual compañero de fatigas, el citado César Pop.

 Canciones a flor de piel como la inicial «Los detectives» que además, en esta ocasión, da nombre a la banda. O como «Se estrechan en el corazón», primer single que cuenta con esa cadencia melódica tan adictiva de las tonadas de González. La enérgica «Sangre en el marcador» con la presencia de la guitarra eléctrica en primer plano, contrasta con «Charo», una canción tan sencilla como inmensa en la que destaca la inolvidable y sorprendente presencia de la voz de una desconocida Caroline Morgan. «Cerdeña» nos muestra al Quique más íntimo y acústico que es capaz de sentenciarnos con visiones tan poéticas como “hay música por encima de la música”, mientras «Ahora piensas rápido» nos devuelve la instrumentación para ya no abandonarnos. «Orquídeas» es uno de esos medios tiempos que tan bien domina González y «Relámpago» conserva toda la esencia de los grupos de rock norteamericano de los noventa que tanto han influido al músico. Se cierra el álbum con «No es lo que habíamos hablado», una muestra de cómo los detalles musicales pueden engrandecer una canción que reúne todas las marcas de fábrica de Quique, para acabar con la sobrecogedora «La casa de mis padres» con una letra de la que es difícil recuperarse.

 Diez canciones con las que gozas, sufres, ríes, tiemblas, recapacitas, odias, disfrutas, lloras…Finiquitadas, de nuevo, en Blind Records y cuyo adelanto en forma de canción ve la luz el 5 de febrero con «Se estrechan en el corazón” para llegar a las tiendas el 4 de marzo de la mano de Cultura Rock Records. En formato CD y también en vinilo. Como esos discos de antes que tanto gustan y definen a Quique González. Carne de escenario. Dispuesto a pisarlos, de nuevo, el 1 de abril en una gira de presentación que tiene en Pamplona su punto de partida. Que siga la música. Eduardo Izquierdo Cabrera